Lo que pocos saben es que las monedas tienen vida, nos observan todo el tiempo con sus ojos de metal. Ellas eligen con qui?n quieren estar y escapan de manos o bolsillos si su portador no les agrada.
Anoche una se?ora crey? tirar accidentalmente una cuando abord? el autobús, la verdad es que la moneda la abandon?. Yo alcanc? a oír el sonido del metal golpear el piso, sin embargo, la due?a del dinero no pudo encontrarla por m?s que examin? debajo de los asientos.
Seguí viendo a la mujer y decidí que su moneda había hecho bien, yo tampoco hubiera deseado esa compa?ía. Seguro se esconder? por algún tiempo hasta que encuentre un nuevo guardi?n que cumpla con sus expectativas para entonces mostr?rsele y ser levantada (a ellas les gusta ser levantadas porque adoran la expresi?n de los humanos cuando creemos encontrarlas pero, en realidad, ellas nos encuentran).
Lo que pocos saben es que las monedas tienen vida, ellas eligen qui?n gana en los volados (nada es azar), ellas eligen con qui?n estar; por eso hay ricos, por eso hay pobres.
Anoche una se?ora crey? tirar accidentalmente una cuando abord? el autobús, la verdad es que la moneda la abandon?. Yo alcanc? a oír el sonido del metal golpear el piso, sin embargo, la due?a del dinero no pudo encontrarla por m?s que examin? debajo de los asientos.
Seguí viendo a la mujer y decidí que su moneda había hecho bien, yo tampoco hubiera deseado esa compa?ía. Seguro se esconder? por algún tiempo hasta que encuentre un nuevo guardi?n que cumpla con sus expectativas para entonces mostr?rsele y ser levantada (a ellas les gusta ser levantadas porque adoran la expresi?n de los humanos cuando creemos encontrarlas pero, en realidad, ellas nos encuentran).
Lo que pocos saben es que las monedas tienen vida, ellas eligen qui?n gana en los volados (nada es azar), ellas eligen con qui?n estar; por eso hay ricos, por eso hay pobres.
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