Ojos para ver, nariz para oler, dedos para tocar, orejas como cuernos de la abundancia para ser frotadas con las yemas, igual que la jorobita de la jorobada o la panzita de Buda que traen suerte y, despues, lamidas y besadas.
Me gustas tu (tu), Rigoberto, y tu y tu, pero por encima de todas tus otras cosas, me gustan tus orejas voladoras. Quisiera ponerme de rodillas y aguaitar esos agujeritos que tu limpias cada ma?ana (la que sabe, sabe) con un palito algodonado y les arrancas los vellitos con una pinza pelito ay por pelito ay junto al espejo ay los días que les toca purificacion. Que veria yo por esos hondos huequecitos? Un precipicio. Y, así, descubriera tus secretos. Cual, por ejemplo? Que, sin saberlo, ya me amas, Rigoberto. Alguna otra cosa veria? Dos elefantitos con sus trompitas levantadas.
Dumbo, Dumbito, cuanto te amo.
Entre gustos y colores no han escrito los autores. Tu, para mi, aunque hay quien dice que por tu nariz y tus orejas ganarias el concurso El Hombre Elefante del Peru, eres el ser mas atractivo, el mas buen mozo que se ha visto. A ver, Rigoberto, adivina, si me dieran escoger entre Robert Redford y tu quien seria el elegido de mi corazon? Si, orejita mia, si narigoncito, si, Pinochito: tu, tu (tu).
Que mas veria, si me asomara a espiar por tus abismos auditivos? Un campo de tr?boles, todos de cuatro hojas. Y ramos de rosas cuyos petalos tienen retratada, en su peluza blanca, una carita amorosa. Cual? La mia.
Quien soy, Rigoberto? Quien es la andinista que te ama y idolatra y algun dia no lejano escalara tus orejas como otros escalan el Himalaya o el Huascaran?
Tuya, tuya, tuya,
La loquita de tus orejas
(Los Cuadernos de don Rigoberto -M.Vargas Llosa)
Me gustas tu (tu), Rigoberto, y tu y tu, pero por encima de todas tus otras cosas, me gustan tus orejas voladoras. Quisiera ponerme de rodillas y aguaitar esos agujeritos que tu limpias cada ma?ana (la que sabe, sabe) con un palito algodonado y les arrancas los vellitos con una pinza pelito ay por pelito ay junto al espejo ay los días que les toca purificacion. Que veria yo por esos hondos huequecitos? Un precipicio. Y, así, descubriera tus secretos. Cual, por ejemplo? Que, sin saberlo, ya me amas, Rigoberto. Alguna otra cosa veria? Dos elefantitos con sus trompitas levantadas.
Dumbo, Dumbito, cuanto te amo.
Entre gustos y colores no han escrito los autores. Tu, para mi, aunque hay quien dice que por tu nariz y tus orejas ganarias el concurso El Hombre Elefante del Peru, eres el ser mas atractivo, el mas buen mozo que se ha visto. A ver, Rigoberto, adivina, si me dieran escoger entre Robert Redford y tu quien seria el elegido de mi corazon? Si, orejita mia, si narigoncito, si, Pinochito: tu, tu (tu).
Que mas veria, si me asomara a espiar por tus abismos auditivos? Un campo de tr?boles, todos de cuatro hojas. Y ramos de rosas cuyos petalos tienen retratada, en su peluza blanca, una carita amorosa. Cual? La mia.
Quien soy, Rigoberto? Quien es la andinista que te ama y idolatra y algun dia no lejano escalara tus orejas como otros escalan el Himalaya o el Huascaran?
Tuya, tuya, tuya,
La loquita de tus orejas
(Los Cuadernos de don Rigoberto -M.Vargas Llosa)
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